miércoles, 8 de noviembre de 2017

Análisis de la sociedad en Fahrenhei 451 de Ray Bradbudy

La novela "Fahrenheit 451", escrita por el autor norteamericano Ray Bradbury en el año 1953, nos pone en carne de Guy Montag, un bombero que vive en una sociedad contaminada, donde la censura y el miedo predominan.
 En primer lugar, los medios de comunicación están controlados por el gobierno, esto impide que haya una idea opositora (Actualmente en nuestra sociedad, los medios informativos están mayormente de este lado, no obstante, existen otros partidos políticos que defienden sus ideales). Esto mismo se puede comprobar debido a las palabras que el Capitán Beatty le otorga a Montag, tratando de convencer a este sobre el rol que debe cumplir como bombero:


"Lo que realmente importa, Montag, es que recuerdes que tú, yo y los demás somos los Guardianes de la Felicidad, los Payasos del Pueblo. Nos enfrentamos a la pequeña marea de quienes desean que todos se sientan desdichados con teorías y pensamientos contradictorios. Son nuestros dedos los que sostienen con fuerza el dique. Hay que aguantar firme. No permitir que el torrente de melancolía y la funesta filosofía ahoguen nuestro mundo. Dependemos de ti. No creo que te des cuenta lo importante que eres para nuestro mundo feliz, tal como está ahora organizado." (Página 75)

 De esta manera, los libros están catalogados como peligrosos por cómo podrían influenciar al lector (Respecto a la oposición contra el sistema), pero a su vez, anticuados e inútiles por los nuevos formatos que le brindan al consumidor otras maneras de entretenerse sin la utilización de entes inexistentes en relatos. Poseer uno es merecedor de un castigo, que conlleva a la destrucción del objeto y de la vivienda del portador. Durante la charla que tiene el protagonista en su cama, el jefe continúa tratando de mantenerlo de su lado, y que no pierda su satisfacción por quemar:

"¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo de un hombre culto?" (Página 71)

 En cuestiones de cultura, es fácil hallar los aspectos más perjudicados dentro de la población, la cual se ve controlada con el propósito de formar una utopía. El arte se muestra como algo abstracto y carente de sentimientos, de este modo, las personas no registran el significado de la obra y no se preocupan por descubrirlo. Clarisse le comenta a Montag una anécdota que le dio su tío:

"[...] y en los museos... ¿Ha estado en alguno? Todo es abstracto. Es lo único que hay ahora. Mi tío dice que antes era distinto. Mucho tiempo atrás los cuadros a veces tenían un significado o incluso representaban a personas." (Página 43)

 Asimismo, la educación va hacia la incredulidad. Las actividades principales que se llevan a efectuar son la proyección de imágenes y de películas, junto al constante deporte. Montag le pregunta a la joven el por qué no se encuentra en el colegio, así, esta le responde lo cuan vacío le hace sentir concurrir a clase:

"Pero, ¿sabe?, nunca hacemos preguntas o, por lo menos, la mayoría no las hace, se limitan a darte las respuestas una tras otra, ¡zas!, ¡zas!, y nosotros sentados allí durante cuatro horas más de clase aguantando al teleprofe. Esto no tiene nada que ver con la sociabilidad. No son más que embudos donde vierten mucha agua que sale por la parte estrecha, y quieren hacernos creer que es vino, pero no lo es. Nos embrutecen tanto que, al terminar el día, solo somos capaces de acostarnos, o ir a un parque de atracciones para empujar a la gente, o romper cristales en el Rompedor de Ventanas o triturar automóviles en el Aplastacoches, con la gran bola de acero. O ir en automóvil y circular por las calles intentando comprobar cuán cerca están los faroles es posible detenerse o quién es el último que salta del vehículo antes de que se estrelle." (Página 42)

 Para sintetizar, "Fahrenheit 451" es una novela con aspectos futuristas que habla sobre una comunidad aislada en dictadura. La mente reprimida es la principal problemática que se presenta, pues, los ciudadanos no tienen disponible la libertad de expresión y están limitados a conseguirla.     

miércoles, 24 de mayo de 2017

Los otros

Era un día tormentoso y gris, donde la lluvia torrencial no cesaba. Junto a mi familia, nos dirigíamos en carreta hacia nuestro nuevo hogar para alejarnos un poco de la vida mundana. El camino era monótono y con gran variedad de árboles exóticos, un gran lago se podía observar a la lejanía, y, más allá, se llegaba a vislumbrar la mansión que se levantaba como una fortaleza de la época medieval.
 Al llegar, encontramos la mansión llena de telarañas, muebles tapados con sábanas y el candelabro principal encendido. Los niños empezaron a investigar con curiosidad, y encontraron una habitación totalmente cerrada. De manera ansiosa, bajaron las escaleras para contarnos sobre su gran descubrimiento. Mi esposa, sin prestarles mucha atención, y, preocupada por la cena, se dirigió a la cocina, donde encuentra a una mujer realizándola. La señora se presentó como Mrs. Adela, quien se encontraba en la mansión desde pequeña, ya que su madre había servido para los anteriores dueños. Los niños y mi esposa comenzaron a preparar la mesa, para así disponernos a cenar. La cena transcurrió tranquilamente y nos aprestábamos a dormir plácidamente luego de un día agotador, cuando, en el pasillo de arriba, se oyó un estruendoso ruido. A pesar de ello, traté de mantener la calma para evitar que se perturbaran aún más.
 A la medianoche escuché que uno de los niños lloraba desconsoladamente. Tan rápido como pude, fui al pasillo de donde provenía el llanto. El niño más chico, Antonio, se hallaba tirado en el piso con una expresión de espanto, como si hubiera visto a un fantasma. Desde aquella vez, las noches eran cada vez más incómodas en la casa: Antonio no tenía la misma actitud animada de antes. Incluso, tomaba su té matutino con angustia. Su rostro estaba totalmente cambiado, no lucía como mi hijo. El comportamiento se veía más sospechoso por lo tanto, había decidido espiarlo. Antonio había estado sentado en el comedor por unos interminables 20 minutos, sin hacer absolutamente nada, sólo mantener su mirada perdida en un punto fijo. Se abrieron puertas y ventanas con un viento tempestuoso. Cayó al suelo y 4 entes se presentaron utilizando su voz, diciendo que se llamaban "Los otros". Nos ordenaron que fuéramos a la habitación y corriéramos un cuadro de la pared, donde se encontraba un manuscrito, el cual debíamos de quemar. Si no cumplíamos, no dejarían el cuerpo de nuestro pequeño. Con falso coraje, decidí hacerles frente, y uno de ellos me lanzó con una fuerza sobrenatural. Seguido de esto, obedecí a su petición, reconociendo que sería imposible oponerme. Fui hacia la puerta que se encontraba anteriormente cerrada y la tiré abajo, suponiendo que ahí se encontraría el dichoso manuscrito. Allí, al final del cuarto, se encontraba un cuadro del que parecía ser un retrato de uno de los anteriores dueños. Corrí el cuadro y encontré lo que habían pedido, sin embargo, quería asegurarme de que cumplieran con su promesa. Cuando comencé a gritar a voz viva, al abrir mis ojos, me encuentro atado contra una camilla de lo que parecía ser un neuropsiquiátrico.


domingo, 16 de abril de 2017

La entrada que fue arruinada por tres centímetros

16 de Abril del 2017

Fanáticos de la bellísima actriz Amelia Torres quedaron boquiabiertos al ver cómo una entrada llena de glamour queda arruinada tan solo por tres centímetros del escalón y la puerta de una limusina.

Amelia utilizando su vestido rojo horas antes de la entrega. 
 Esta historia se desarrolla a las 23:50 p.m. en Capital Federal, más específicamente en la Avenida Corrientes 857 donde se encuentra el teatro "Gran Rex". Había sido invitada y nominada a una entrega de premios por mejor participación en la obra "Se avecina mi vecina" de Antonio Palacios, sin embargo, con este vergonzoso suceso también debería de haber sido nominada al papelón de la noche, ya que se llevó la atención de las cámaras y el público que esperaba ansiosamente su llegada.
  Con un vestido al rojo vivo y unos lentes de los cuales detrás se oculta la mismísima mirada de Medusa capaz de convertirte en piedra, Amelia había salido del "Hotel Madero" ilusionada al saber que recibiría un premio por destacarse en su participación. Nuestra protagonista seguramente ha elegido un mal día para ponerse los tacos de manera incorrecta, pues, apenas da el segundo paso falla, viéndose similar a un subi-baja al momento de que uno de los dos niños baja. En el preciso instante de la caída, la puerta se cierra de forma brusca, dando así que el vestido quedara atrapado y que a su vez, se desprenda de su cuerpo tal como las páginas de un libro. Los guardias trataron de tapar la escena, pero desgraciadamente ya era muy tarde, el suceso fue captado por cámaras y teléfonos celulares. Desesperada y pensando que su vida quedaría completamente arruinada para siempre, trató de taparse con los trozos del vestido esparcidos por el suelo. Su rostro angelical y blanco puro, por arte de magia, se transformó en un tomate maduro.
 
  "No había visto semejante cosa desde que un señor mayor tuvo el brazo atascado dentro de un inodoro en el '91" Destacó un joven que se encontraba entre la multitud.

  La consecuencia de esta indeseable experiencia le trajo a Amelia un acoso fuerte tanto en la vida real como cibernético. Se sabe que no tiene planeado salir por mucho tiempo de su habitación, aùn así, cuando vaya a otra entrega quizás evite el volver a usar un vestido y la gente se olvidará del mal tramo ocurrido. Anteriormente, sus seguidores exigían que fuera más abierta y expusiera más sus pensamientos, aunque, terminó exponiendo su físico por accidente.